3023 - En pureza vital (II)
Y sin embargo, al regresar a casa,
con tu imagen, a cuestas de la mente,
tan abrazada a mí, te siento ausente,
nube ligera que a lo lejos pasa.
Mi vida oscila entre aridez y brasa,
lo que tengo sin ti, y lo que el torrente
de tu presencia junto a mí, yacente,
hasta el fondo del alma me transvasa.
Lo llaman soledad y compañía,
el deseo, no más, de hacerte mía,
frente a la infortunada realidad.
Llevo un sueño en las manos, que me inflige
placer, dolor, angustia, y que se rige
por tu ausencia de sensibilidad.
Los Angeles, 15 de junio de 2012