3065 - Cuerpo
Mi compañero el cuerpo, fiel amigo,
a soledad y desamparo ajeno;
que, si no siempre actúa como ordeno,
tampoco me exaspero o lo fustigo.
Tan diferentes ambos, me prodigo
en cada afinidad, y no condeno
divergencia o solaz; su fin es bueno,
y yo, a su lado, sólo soy testigo.
Me asigna apodos, discreción, conciencia,
alma, razón, mas nuestra coexistencia
se mantiene a nivel, en armonía,
aun cuando, regresando de un mal paso,
de mala gana escucha mi repaso:
Ay, amigo, que ya te lo decía.
Los Angeles, 18 de octubre de 2012