3194 - Temblor
Tiemblo, mas no de miedo, ni de frío,
al percibir la súbita presencia
de quien me ignora y, en su indiferencia,
pasa de largo, ahondando mi vacío.
Pasa de largo, absorta, como el río,
ignorando riberas, con la urgencia
de hallar el mar, con la magnificencia
de su espaciosidad y poderío.
No más que aspecto externo, consistente
con la agenda volátil de una mente
que por sí misma no aprendió a pensar.
Y entonces, ¿por qué tiemblo?, me interpelo.
Tal vez siempre se arrastra por el suelo
quien tiene tal necesidad de amar.
Los Angeles, 17 de marzo de 2013