3195 - Gato
Fue un dios, siglos atrás, y no lo olvida,
aunque tal vez no espera el sacrificio,
mas sí la deferencia y el servicio,
por su divinidad restablecida.
No vendrá a mi llamada; su venida
será sólo en su propio beneficio;
me escucha, sin mirar; si lo acaricio,
no es más que mi deber hacia su vida.
Si a veces, al contacto, ronronea,
no es gratitud, tan sólo se recrea
en lo que por derecho se merece.
Siendo uno más de sus adoradores,
lo colmo de atenciones, de favores;
él es quien manda, yo quien obedece
Los Angeles, 18 de marzo de 2013