3235 - Remanso
Cesa el canto del río, y la corriente,
apagado el murmullo verbenero,
se detiene en su propio apeadero,
arrebozada en actitud yacente.
Manso el gesto de dama transparente,
se diría que duerme. El limonero,
en pie de guardia al borde del sendero,
brinda sonrisas de oro al sol naciente.
La placidez afable de la escena,
tan clara como el agua, tan serena,
parece conversarnos, silenciosa.
Recogida en sí misma en el remanso,
el agua es un espejo, y su descanso
no lo turba el suspiro de la rosa.
Los Angeles, 22 de abril de 2013