343 - Marcada al nacer
Al emerger en flor tu nacimiento,
doblaron las campanas de mi vida
con tañido de gozo y bienvenida,
nunca más anhelado advenimiento.
Te vi mujer entera en un momento,
adyacente a mi piel, semidormida,
de ilusiones tan sólo revestida…,
qué invitación al reconocimiento!
Establecí mi marca en tu futuro,
para mí tan diáfano y seguro
como la luz que pertenece al día.
Y desde entonces me has pertenecido,
y a mí vendrás, aún sin haber sabido
que antes de dar un paso ya eras mía.
Los Angeles, 5 de abril de 2000