3485 - Derramar
Invadido viví de tu presencia
tiempo después de haberte replegado,
como si a mí te hubieras adosado,
deviniendo mi propia pertenencia.
Pero llegó el deshielo de la ausencia,
te fuiste disolviendo, y desolado,
descubrí, en mi terreno derramado,
el fluido vital de tu querencia.
Lo fue absorbiendo, lentamente, el suelo,
sin casi dejar huella; no el modelo
de entrega que soñara perdurable.
Así son tantos brindis en la vida:
Se alza la copa, y antes de bebida,
se produce el derrame irreparable.
Los Angeles, 11 de octubre de 2013