3604 - Bebé
A mí has venido, casi sin llamarte,
y de pronto mi sueño es duermevela;
si incapaz de palabras, ¿en qué escuela
a llorar aprendiste con tal arte?
Tan vulnerable y frágil que, al tocarte,
temo herirte, a pesar de mi cautela;
y saltan mis alarmas, y se hiela
la sangre de mis venas al turbarte.
Si eres ángel, ¿qué se hizo de tus alas?
Y si mortal, qué tanto me regalas,
que no sé ambicionar otro tesoro.
Soy nueva en esto, al paso de los días
decrecerán, tal vez, mis agonías;
en tanto, estremeciéndome, te adoro.
Los Angeles, 5 de diciembre de 2013