3665 - Ajeno
Ah, la fascinación de lo prohibido,
que aun lo mediocre se nos rinde bueno,
sabrosa fruta en el cercado ajeno,
mejor que la que en casa hemos mordido.
La ilegitimidad de la libido
dora la fantasía, quiebra el freno,
dulcifica el más ácido veneno,
y ensombrece el cerebro más lucido.
Más que en la piel, el sexo está en la mente,
y ésta es más juvenil que congruente
al punto de adoptarse decisiones.
Por tanto, ven a mí, o abre tu puerta,
sea de ti o de mí, surja la oferta
que estremezca ventanas y balcones.
Los Angeles, 3 de enero de 2014