3693 - Anochecer
La última luz crepuscular ha muerto,
extendiendo la sombra denso manto.
No abras la puerta aún al desencanto;
la noche es joven, si el lugar desierto.
Veo un punto dorado sobre el puerto,
guiñando a la marina; escucho el canto
de una voz varonil, y el tierno llanto
del niño que se aferra a estar despierto.
Se van multiplicando las estrellas
en el Camino de Santiago, huellas
tal vez, de celestial peregrinaje.
Y hay amantes que, en múltiples rincones,
o entre la fronda, o bajo los balcones,
se intercambian extáticos mensajes.
Los Angeles, 11 de enero de 2014