377 - Pesadilla II
Duermo consciente de que estoy dormido,
e intento despertarme, y desespero,
amordazado, inmóvil prisionero
incapaz de protesta o de gemido.
Se alza sobre mi tórax oprimido
greñudo monstruo de mirar severo,
de contextura y músculos de acero,
sin acción, sin palabras y sin ruido.
Inútil es mi esfuerzo en desplazarlo,
intento despertarme sin lograrlo,
y el fuelle pulmonar se me revienta;
pienso, mas no razono, desvarío,
y empapada la piel en sudor frío,
aún desvelado, el sueño me amedrenta.
Los Angeles, 31 de julio de 2000