393 - Mi sirena
Cubierta por mis aguas, sumergida
dentro de mí en palacio de cristal,
e instalada en la cámara nupcial,
fluctuante nereida, mi elegida.
Libre un día en la mar embravecida,
tan inmune a la edad como inmortal,
y hoy unida al cordón umbilical
con que te anudas a mi pobre vida.
En servidumbre ha entrado tu existencia
tras abjurar la fiera independencia
de tu idílico estado precedente.
Ahora, ya toda mía, tan humana,
efímera y gentil rosa temprana,
mortal serás, pero amorosamente.
Los Angeles, 9 de noviembre de 2000