408 - Mujer de otro
Las sombras del camino se entreabrazan,
tejiendo en torno a mí maraña densa;
y en tu castillo lúgubre, indefensa,
enigmáticas fuerzas te amordazan.
Libres mis manos en el aire trazan
gestos de acometida y de defensa,
sin avanzar el pie sobre la extensa
llanura que los árboles disfrazan.
Aislada estás de mí, como yo aislado
de ti me encuentro, como tú asediado,
tú en fortaleza, yo en el campo abierto.
Pero he de superar cada estacada
que obstruya el paso; y una madrugada
he de raptarte a pecho descubierto.
Los Angeles, 31 de diciembre de 2000