420 - Indeleble
Profundiza en el surco la semilla,
cede el mármol a golpes de cincel,
crines al aire estampará el corcel
sus herraduras en la roja arcilla.
El galeón arrastrará su quilla
sobre el mar, arañándole la piel;
mas pasará sin dejar rastro aquel
que besa solamente en la mejilla.
Quiero un beso de huellas y raíces,
beso de extenuación y cicatrices,
de firmeza que no disperse el viento.
Y al transvasar dos almas por la boca,
forme unidad con solidez de roca,
quedando cada amante aún más hambriento.
Los Angeles, 1 de febrero de 2001