454 - Antigua llama
Me ha llegado hoy su voz, voz del pasado,
que si juzgué dormida, está despierta,
y que a veces también la pensé muerta,
pero parece haber resucitado.
De su silencio aún no recuperado,
y el alma en dudas de su nueva oferta,
siento la herida nuevamente abierta
que nunca logró haber cicatrizado.
Y en esta renovada incertidumbre,
no sé si refugiarme en la costumbre
de abrir los ojos y mirar sin ver,
o si recuperar los viejos lazos,
y de nuevo arrojarme entre esos brazos
para tal vez volverlos a perder.
Los Angeles, 21 de mayo de 2001