46 - Estragos del tiempo
Quiero rebobinar el viejo ovillo
de esta vida despótica que avanza,
imponiendo incesante la mudanza,
matando el tono, y apagando el brillo.
Ruinas son hoy lo que antes fue castillo;
fragilidad, lo que un día pujanza;
son decepciones lo que fue esperanza,
y es el vacío el único estribillo.
Espléndidas bellezas juveniles
se han transformado en pétalos marchitos,
porque el tiempo es cruel, y no perdona.
Los ojos ahora ven otros perfiles,
y sólo el alma puede ver escritos
en ellos el valor de la persona.
Madrid, 17 de octubre de 1997