499 - Tiempo de cambio
Somos hijos de madres reaccionarias,
de la pasividad, de la costumbre;
labramos nuestra propia servidumbre,
cadena y bola de labores diarias.
Se nos imponen normas arbitrarias,
y se atrofia el cerebro con la herrumbre
de la duda, el temor, la incertidumbre,
que ciegan las ideas visionarias.
Tiempo es de profanar los viejos ritos,
derrotar el silencio, hablar a gritos,
romper la inercia, huir a otro lugar.
Tiempo de cambio que abra otro camino,
que uno mismo se forja su destino,
y esa forja no admite vacilar.
Los Angeles, 25 de julio de 2001