514 - Otra mano
Tiemblan inviernos en mi mano yerta,
y en la tuya, cerrada, no consigo
ni acción de amante ni calor de amigo;
y así busco otra cálida y abierta.
Mujer desconocida, si a tu puerta
golpean los nudillos de un mendigo,
¿lo dejarás entrar, dándole abrigo?;
¿le extenderás tu mano, aunque inexperta?
Mis alforjas al hombro están vacías
de haberlo dado todo. ¿Me darías
de tu pan y tu vino junto al fuego?
Serás un intervalo en mi camino,
o tal vez mi objetivo, mi destino,
al que tras tanto deambular hoy llego.
Los Angeles, 20 de agosto de 2001