523 - Hostilidad
Ha dejado la paz caer sus brazos,
antes al cielo erguidos y desnudos;
rebotan a sus pies lanzas y escudos,
y se deshojan miembros a pedazos.
Niegan entrada a gritos de portazos
quienes ayer, enfáticos o mudos,
en su umbral eran tácitos saludos,
y hoy son confinamientos o zarpazos.
Un día, una política, un suceso,
y el hombre libre es de sí mismo preso,
y el hermano deviene su enemigo.
Y aunque las rosas negras de la guerra
mueran de la quietud sobre la tierra,
el hombre arrastrará el odio consigo.
Los Angeles, 2 de octubre de 2001