530 - Sin ambigüedades
Al explorar tu mente, me extravío
en las complejidades de tu intento,
sin discernir entre consentimiento,
apatía, repudio o desvarío.
Con el alma en un puño, te sonrío,
reprimiendo entre dientes mi lamento,
y se me resquebraja el fundamento
de este alcázar de amor que llamo mío.
Libera, rompe sin ambigüedades
la mudez que amordaza tus verdades,
y reviéntalas tal y como son.
Y al florecer sin duda o conjetura,
pueda darse su nombre a la dulzura,
pueda llamarse a la pasión, pasión.
Madrid, 30 de octubre de 2001