531 - Abrázame
Me sorprende, mujer, tu timidez,
rosa que en la distancia palidece;
rosa que entre mis dedos se estremece;
sorpréndame, mujer, tu desnudez.
Adosa en absoluta languidez
tu piel contra mi piel, que a ti se ofrece;
mi masculinidad, que por ti crece,
llama a tus puertas una y otra vez.
Cérquenme todas tus extremidades,
ábranse sin temor tus cavidades,
y en abrazo total te estrecharé.
Ambos seremos una sola pieza
desde el temblor del sexo a la cabeza;
en mí estarás, en ti me quedaré.
Madrid, 31 de octubre de 2001