563 - Dulce amiga
Alrededor de tu sonrisa giro,
sondeando mi riesgo y tu fatiga;
¿por cuánto tiempo habrás de ser amiga,
sin distinguir mi voz de mi suspiro?
Si sólo un beso en la mejilla inspiro,
beso que nada exige, a nada obliga,
si de mí tu contacto se desliga,
¿cómo podré apremiarte a lo que aspiro?
Qué inseguro terreno éste que piso,
sin norma estipulada o plan preciso,
feudatario de ajena voluntad.
Dulce amiga, ¿no puedes ser amante
por un mes, unos días, un instante,
sin mengua ni erosión de la amistad?
Los Angeles, 30 de diciembre de 2001