568 - Larga es la espera
Qué eternamente largo es el camino
desembocando al pie de tu ventana;
larga la noche fue, y en la mañana
sólo por él transita el campesino.
Duerme el tiempo en cada olmo, en cada pino,
duerme en la vieja iglesia la campana,
sólo tu corazón vela y se afana,
y un tu mente se agita un torbellino.
No hay huellas en la nieve, sólo frío
en el paisaje inhóspito y vacío,
y en el alma, vacía y aterida.
Sabes que no vendrá, pero impaciente
has de esperar desesperadamente,
mientras la sangre fluye de la herida.
Los Angeles, 27 de enero de 2002