597 - Desequilibrio
Soy el alma del cuerpo del dolor;
bajo la piel, en venas de añoranza,
fluyen lágrimas de desesperanza,
y el corazón redobla su tambor.
Un día, entre mis manos, una flor
abrió sus pétalos en grácil danza,
augurándome idílica alianza
de sensibilidad, gozo y temblor.
Pero la danza pronto se detuvo,
y el equilibrio azul no se mantuvo,
gestándose fatídica avalancha.
Hoy mi íntimo castillo yace en ruinas,
quedan sólo en mis manos las espinas,
se encoge el alma y el dolor se ensancha
Los Angeles, 17 de marzo de 2002