598 - Tu hora
No ha llegado aún tu hora; en el jaral,
bajo la tibia y gris luz del ocaso,
me acecha agazapada, y a mi paso
hiere mi nuca su hálito animal;
como llegan las rosas al rosal,
o como emigran del rosal al vaso,
con urgencia de ráfaga, que acaso
languidece en el tallo o el cristal.
Tu hora se acerca, gozo y agonía
de la luz reventando al mediodía,
que en la tarde se quiebra y adormece.
Tu hora y la mía, mágico momento
de triunfo y de fracaso, breve intento
de amor que muere apenas aparece.
Los Angeles, 18 de marzo de 2002