615 - Espoléame
Sufre el mejor corcel en la carrera
fusta y espuelas, y supeditada
queda a la brusquedad la galopada,
que no ha de prosperar mano de cera.
Espoléame, amor, que si durmiera
saldrías de mi sueño, y enterrada
mi mente entre los pliegues de la almohada,
no te sabría amar como debiera.
Quiebra dudas, flagélame el hastío,
refuerza mi sonrisa, si sonrío,
hostígame si yazgo en placidez.
Y cuando exhausto a veces me repliegue
al íntimo silencio, no me niegue
el calor de tu piel su desnudez.
Los Angeles, 11 de abril de 2002