616 - Dormir sin ti
Al dorso de mis párpados tatuada
la imagen de tu rostro permanece;
y es ella quien me observa y se me ofrece
al extinguir de noche la mirada.
Fuera en tinieblas, dentro iluminada,
idílica ceguera, que ennegrece
cuanto es ajeno a ti, pero esclarece
tu paisaje en rizosa llamarada.
Me comprimen tus brazos si me abrazo,
me sacude frontal el ramalazo
de tu sensualidad, que ya hice mía;
y luego en sueños sobre mí revientas.
Ven, amor, hacia mí; no me consientas
amarte solamente en fantasía.
Los Angeles, 14 de abril de 2002