620 - De repente
Apenas arribada, y tan remota
que pude haberte visto amanecida
con la primera luz, recién nacida,
en la infancia del orbe, gota a gota.
Tan leve tu pisar que casi flota
como la espuma, sobre el mar dormida;
tan escasas tus huellas, que la vida
parece que hoy bajo tus plantas brota.
Demorada en venir, y de repente
te instalas con carácter permanente
en los alcázares de mi ilusión.
Las normas del asedio fragmentadas,
en rendición total, sin retiradas,
quedo a tu lado, mi íntima obsesión.
Los Angeles, 23 de abril de 2002