68 - Nochevieja
Parece haber zarpado ya mi barco,
devolviéndome el viejo itinerario,
y soy de nuevo en mi quehacer diario
no flecha en marcha, sino inmóvil arco.
Quiero cruzar de un salto el negro charco
de esta noche de acento solitario,
y al repicar las doce el campanario
abrir sobre mi vida un nuevo marco.
El ruido, el vino, el beso y las canciones
tienen un eco indiferente y vano
confinados a un día y a una hora.
Yo quiero ver las mismas emociones
cálidas y al alcance de la mano
en cada anochecer y en cada aurora.
Los Angeles, 31 de diciembre de 1997