685 - Mi derecho
Me reconozco un único derecho,
perenne, inalienable y exclusivo;
no es el de haber nacido o seguir vivo,
ni el de gritar las quejas de mi pecho;
que hay mordaza y puñales al acecho,
y le pueden matar o hacer cautivo;
mi derecho es de sólo un objetivo,
tal vez inaccesible, insatisfecho.
Pero derecho al fin, y he de escudarle
contra la adversidad, y ejercitarle,
traiga victoria, humillación o muerte.
Pues aunque no protejan mis fronteras
el derecho de que un día me quieras,
siempre tendré el derecho de quererte.
Los Angeles, 15 de octubre de 2002