686 - Paz en el alma
He reencontrado el alma a su regreso
del prolongado exilio de las dudas,
y en lo que fueron antes noches mudas,
tañen campanas y se forja el beso.
Amores hay de avance y retroceso,
de hoscos silencios y palabras rudas,
de verdades vestidas y desnudas,
dejando un sello en la memoria impreso.
Pero mi alma, hoy diáfana, se llega
purificada, luminosa, ciega
a las vacilaciones del pasado.
Llegó a su patria, ya no más errante
en éxodos inciertos, y anhelante
por reclinarse extática a mi lado.
Los Angeles, 24 de octubre de 2002