696 - Fuimos, y ya no somos
No sé si este dolor es tuyo o mío,
ni si es mía o es tuya esta amargura;
la sangre que otras veces se apresura,
parece haber perdido ahora su brío.
Ya no soy yo; soy un escalofrío
pálido, estremeciendo mi figura,
al borde oscuro de la sepultura
en que desagua el tiempo como un río.
Ya no eres tú; la ráfaga que fuiste,
mansa en mi rostro, es hoy un aire triste,
crepúsculo del alma y de la piel.
Fuimos, y ya no somos; qué infortunio;
de vibrar en brillante plenilunio,
a temblar en aurora de papel.
Los Angeles, 10 de diciembre de 2002