703 - Casa rural
Desatendimos páramo y montaña,
y olvidamos el mar en nuestra cita;
no hubo Alhambra, Giralda ni Mezquita,
y hasta la primavera se hizo extraña.
Casa rural con talle de cabaña
donde el tiempo hierático dormita,
donde vive el silencio, y sólo grita
la efervescencia de la propia entraña.
Llamaba el sol a la ventana, el viento
galanteaba al humo soñoliento,
cimbreante y sensual sobre el tejado.
El fuego en el hogar, yo en ti absorbido,
el mundo externo inerte y en olvido,
y tú, mi entero mundo, a mi costado.
Los Angeles, 4 de enero de 2003