73 - En tu búsqueda
Te han seguido mi mano y mi mirada
entre las sombras y a la luz del día,
mas tu sombra en las sombras se perdía,
y tu luz quedó al sol difuminada.
Te busqué al levantarse la alborada,
en el silencio y en la melodía,
en el gozo y en la melancolía,
y sólo encontré mi alma desolada.
En cada nueva esquina te adivino,
pienso hallarte en el próximo recodo,
siempre te espero en cada amanecer.
Pero sigo, incesante peregrino,
sin alcanzarte, aunque lo intento todo.
¿Por qué no vienes hacia mi, mujer?
Los Angeles, 12 de febrero de 1998