826 - Sin amargura
Ya el recuerdo ni hiere ni fatiga,
subió del corazón a la memoria,
lo que fue poesía es hoy historia,
y la que amante fue, ya es sólo amiga.
Alma tuve con marca de mendiga,
bordoneando la amplia trayectoria
del beso de dolor al de la euforia,
del gesto natural al de la intriga.
Una tarde sin sol, nubes plomizas,
y sendero de arenas movedizas,
el alma sucumbió a su propia carga.
Sudó sangre, sus trovas se apagaron,
pero al fin sus recuerdos recobraron
nivelación nostálgica, no amarga.
Los Angeles, 12 de julio de 2003