834 - Soledad
Hoy la brisa remolca soledades,
las arrastra hacia mí, me las impone,
y me exige que olvide y que perdone,
firmando el fin de las hostilidades.
Nunca fui hostil; en las adversidades,
ya el corazón se abstenga o apasione,
ya la mente enmascare o distorsione
cuanto la vida exhibe por verdades;
siempre avanzo con paso mesurado,
mi pie en la huella que otro haya marcado,
y mi idea en la impronta de su idea.
Así comprendo a quien me veja o hiere...,
mientras mi espíritu se agosta y muere
en esta soledad que me rodea.
Los Angeles, 18 de julio de 2003