837 - A plena luz
No me beses a oscuras, no le niegues
al tacto el complemento de la vista;
cuando tu piel, de noche, se desvista,
que a plena luz, a plena luz te entregues.
A plena luz avanza, no repliegues
dedos que exploran, pulso que conquista;
cada relieve, grieta, hueco, arista,
olas serán del mar en que navegues.
La luz es mi aliada, y es la tuya,
que la sombra fantasma no la obstruya,
en eclipse de lunas indefensas;
ni tus párpados forjen la tiniebla,
porque cada pupila se repuebla
de cuantas rosas en el alma piensas.
Los Angeles, 21 de julio de 2003