847 - Tu nombre
Ya sé tu nombre, eres en parte mía.
Cada vez que te llamo, te poseo,
y flota bullicioso un aleteo
de ángeles o de alondras en el día.
Mágica voz, susurro o melodía,
apenas perceptible borboteo
de manantial, apenas parpadeo
de mirada, de ocaso en la bahía.
Pero no está en la voz que lo profiere,
la magia está en el nombre; no requiere
ser formulado para ser ensueño.
Ah, pero al pronunciarlo, qué retozos
de sílabas, colores y alborozos,
que, aún sin tenerte, me hacen ser tu dueño.
Los Angeles, 7 de agosto de 2003