862 - Mi catedral (XII)
Hay catedrales que la fe ha erigido,
y aunque la fe hoy vacile, permanecen;
y hay catedrales vivas, que estremecen
la vista, el tacto, el gusto y el oído.
Ah, tú, mi catedral, donde el sentido
tiene un altar, donde en temblor se ofrecen
sacrificios de piel, donde enmudecen
las palabras, y el beso es estallido.
Chanel número cinco por incienso,
cuerpo vibrante, espíritu indefenso,
y entre torres yacentes, libre el paso.
Efímera serás, como la rosa,
y como ella radiante, luminosa.
En tu partida no hablará el fracaso.
Los Angeles, 14 de agosto de 2003