902 - Mírame
A los ojos, mujer, mírame intensa,
clávate a mí, déjame en ti clavado;
tú eres sólo presente, no hay pasado,
y en tu labranza mi almanaque piensa.
Adivino tu mies; qué recompensa
para este corazón alborozado,
que vio su campo un día devastado,
y hoy apenas se acuerda de la ofensa.
No desciendas los párpados, demora
la noche de tus ojos, e incorpora
su luz y su color sobre los míos.
Juegue la mano, el labio húmedo bese,
reviente el sexo, y la mirada exprese
su energía recíproca de ríos.
Burgos, 2 de octubre de 2003