917 - En Zamora
Qué breves y qué largos estos días,
historias de años en bosquejo de horas;
no diré que me quiebras y enamoras,
pero sí que suscitas rebeldías.
Ni en ti ni en mí temblor o cobardías,
sólo dos voluntades soñadoras,
nostalgias del pasado trovadoras
de realidades y de fantasías.
Contigo, a pie, a la luz tibia, amarilla,
dormida en las farolas, o a la orilla
del viejo río Duero, a sol y viento;
bajo cúpulas, pórticos, postigos,
ciñéndote mi brazo, tan amigos,
y al fin, al fin, sorbiéndote el aliento.
Zamora, 22 de octubre de 2003