92 - Oportunidad perdida
Si el joven que yo fuí hubiera encontrado
la ardiente mujercita que tú fuiste,
no habría en tu mirada el tono triste
nacido del amor acostumbrado.
Si está mi corazón amordazado
y el tuyo de rutina se reviste,
es porque un día azul tú no viniste
y ambos nos fuimos por distinto lado.
Si tus brazos se encuentran inactivos,
si en tus labios los besos no florecen,
si el sexo duerme en soledad vacía,
es porque un día fuimos fugitivos,
y aquellas cosas que te pertenecen
han de ser tuyas cuando seas mía.
Los Angeles, 30 de abril de 1998