926 - Hotel San Gregorio
Siempre la oscuridad tu territorio,
luz apagada, párpados caídos,
pero nuestra explosión de alma y sentidos
fue a miradas y luz en “San Gregorio”.
Encuentro extático, aunque transitorio,
trenzando un haz de júbilos prohibidos
con los tentáculos entrejidos
en la complicidad del dormitorio.
Brota la misma rosa año tras año,
y al subir nuestros pies cada peldaño,
parecen reencontrar sus viejas huellas.
Te quiero así; no sé si te querría
teniéndote a mi lado cada día
en vaivén de rutinas y querellas.
Los Angeles, 4 de noviembre de 2003