Brevería 1250
En la memoria un árbol entierra sus raíces,
ramas de descalabros, frutos de cicatrices.
A su sombra está el alma, que ni ruega ni elige,
añora lo pasado, y el pasado le aflige.
Abolido el recuerdo, la sangre ha interrumpido
su turbulencia roja, y el dolor se ha dormido
noviembre de 2004