Brevería 1573
Oh, la nostalgia de las estaciones
donde los trenes paran un minuto,
y se apea quizá un señor de luto
que nadie espera, y pide direcciones.
Con su paraguas y ancestral maleta
se aleja en el paisaje a paso lento.
No hay prisas. Todo en calma, soñoliento.
La vida duerme inmensamente quieta.
noviembre de 2006