Brevería 1718
Los ojos que te vieron no te miran,
pero te ven. No importa si los cierro,
si les niego los párpados, si giran
hacia el jardín, o al sueño les destierro.
Es como si flotara en mis retinas
sólo tu imagen grácil, transparente;
superpuesta al ejido, a las colinas,
al flujo de los ríos, de la gente.
septiembre de 2007