Brevería 1726
Pasas por mí como si fuera un río,
tus pies, de piedra en piedra, sin mojarte.
Tengo en casa un remanso, todo mío,
donde podrán mis aguas abrazarte.
Por cada roce habrá un escalofrío,
y una vez que decidas desnudarte,
y sumergirte en mí, no habrá corriente.
Que espere el mar indefinidamente.
octubre de 2007