Brevería 1748
Serénese el torrente, debilítese el viento,
refrena tus impulsos, apárcame la furia,
en tregua los sentidos, duérmase la lujuria,
y aflore un intervalo desprovisto de intento.
Hora de abrazo en calma, de silencio elocuente,
que no alteren el mapa de los pliegues del lecho,
tus ojos en los míos, y en el mío tu pecho,
todo tan apacible, todo tan transparente.
noviembre de 2007