Brevería 1808
Cuando te vayas, dejaré encendida
la luz en el zaguán, por si regresas;
la llave donde sabes, escondida,
todo en su mismo sitio, sin sorpresas.
Si estuviera dormida, no hagas ruido,
entra y no olvides de atrancar la puerta;
deslízate en mi lecho, desvestido,
y dime quedamente: ‘Amor, despierta’.
marzo de 2008