Brevería 1824
Ayer se me ha quebrado
la esbelta copa de cristal tallado
con que brindé por ti una primavera,
y otra después, y luego una tercera.
Y razona la gente:
‘Cuando tanto va el cántaro a la fuente…’
Y yo: No, no, no ha sido
por ir, ni por brindar y haber bebido.
Si me hubiera quedado,
¿no se habría igualmente fragmentado?
abril de 2008